¿Qué nos impulsa a los inversores a operar? Evidentemente, ganar dinero, pero ¿lo que hacemos muchas veces tiene sentido? ¿O sólo estamos operando por operar?
Con estas palabras se inicia el artículo “Las razones del 'trader': hay momentos en que es mejor no hacer nada o cómo operar por operar lleva a la ruina” que publica hoy el diario El Economista escrito por Ainhoa Jiménez de Bolságora.
Lo transcribimos entero por su interés y porque coincide con nuestra filosofía de operar en el mercado. Estamos totalmente de acuerdo con esta reflexión que en cualquier caso a nosotros nos habría quedado mucho peor explicada. Solo lamentamos no haberla podido escuchar personalmente en directo en la exposición de Carlos Doblado en Bolsalia el pasado sábado por problemas personales.
Después de lo ocurrido en el mercado en las últimas semanas, y con la excusa de a ocasión para reflexionar que nos ha ofrecido el salón Bolsalia de Madrid, es pertinente plantearnos estas cuestiones.
Porque se trata de un problema muy frecuente que puede destruir los buenos resultados de cualquier sistema de trading, pero que muy pocos saben reconocer y mucho menos evitar.
Las teorías psicológicas sobre el mercado de valores cada vez ganan más adeptos. Estas teorías, abanderadas por autores como Alexander Elder o Woody Dorsey, parten del fracaso de la tesis de los mercados racionales (la base del análisis fundamental), puesto que el mercado nunca está en equilibrio, sino sobrevalorado o infravalorado; luego invertir esperando que las acciones alcancen su precio 'justo' es inútil (aparte que lo del precio justo depende de las asunciones subjetivas de cada analista).
Por ello, estas teorías van a lo más básico, a las dos grandes fuerzas que mueven el mercado: la avaricia y el miedo. Básicamente, estas dos fuerzas son las que se representan en un chart, que representa la lucha entre esas dos fuerzas, entre los alcistas y los bajistas. De ahí que los psicólogos estén muy cerca de las premisas del análisis técnico, que parten de que toda la información relevante de un valor está en el precio y que hay pautas de conducta que se repiten en el tiempo.
Precisamente, uno de estos teóricos, Elder, es el que plantea la cuestión de las razones para operar. A su juicio, muchos inversores no sólo actúan para ganar dinero, sino que operan por el simple hecho de operar. Ese grupo ve la bolsa casi como un casino y está cerca de la ludopatía, por lo que le parece importantísimo operar constantemente con independencia de la probabilidad de éxito. "El dinero no puede estar quieto, tiene que estar trabajando para generar más dinero todo el tiempo", es una explicación muy habitual para justificar este comportamiento.
El momento de hacer las cosas
A juicio de Bill Kraft, editor de MarketFN, "hay momentos para ponerse alcista en el mercado y otros para ponerse bajista, y también hay momentos para irse a pescar o a jugar al golf". A su juicio, no saber reconocer que hay momentos en que es mejor no operar conlleva una seria disminución de las ganancias, cuando no su completa evaporación.
Kraft se queja de un problema que conocemos muy bien en Bolságora: mucha gente se da de alta de prueba en su newsletter, y lo abandona a los pocos días porque no ven suficientes operaciones. Su opinión es que se trata de jugadores que quieren acción y la quieren ya; y si no la tienen, se van a otro sitio donde se la ofrezcan. Aquí hay quien les llama "drogadictos de la bolsa".
Este analista considera que este tipo de inversores deberían mirar a su interior y preguntarse por qué están tan insatisfechos si no reciben alertas en uno o dos días, y descubrirían que hay razones para no operar. Nuestro analista Carlos Doblado siempre dice que hay un momento para hacer las cosas y muchos para disfrutarlas o para arrepentirse de no haberlas hecho. Siguiendo esta tesis, e identificando correctamente los momentos importantes, claro, se pueden obtener resultados muy por encima de los de los índices, como Bolságora lleva años demostrando.
Incrementar los errores
"No hago operaciones salvo que tenga alguna señal, normalmente técnica, que proporciona la convicción de que tengo un punto de entrada decente. Y aun así, muchas veces me equivoco. Por el contrario, operar a diario supone arriesgar continuamente el dinero, lo cual dispara las probabilidades de error y, al final, reduce las ganancias o aumenta las pérdidas", concluye Kraft.
Sostener que operar continuamente es el secreto de los newsletters de trading que tienen éxito es totalmente correcto... éxito para los editores de esos sistemas, no para sus clientes. Y también para los brokers con los que operan, que consiguen grandes comisiones de las operaciones constantes. También mucha gente en Las Vegas tiene éxito con este método. Pero el que más éxito tiene, sin duda, es el casino.
En cualquier caso, creemos que el artículo supone una excusa para una reflexión personal.
Hablamos ...
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