Hace unas semanas, en nuestras aventuras dentro de la jungla del capital actual, comentábamos que no se debía sacar tanto pecho por el sistema financiero español diciendo que es el mejor del mundo. Este comentario surgía a raíz de unas declaraciones de nuestro presidente de Gobierno en EE.UU.
A día de hoy, muy pocos días después, tenemos 2 actuaciones casi consecutivas que inyectan al sector bancario español unos 150.000 millones de euros para comprarles activos llamados “sanos” y para avalarles en la búsqueda de financiación en los mercados. Normalmente lo sano no se vende y aquí no pasaba nada. Ahora hasta se reconoce que el sector requerirá fusiones.
Solo sabemos que en el sector bancario, en España, hay muchas entidades que han cometido muchísimos excesos en estos últimos años. Como ejemplos: se han concedido muchísimas hipotecas por más del 100 % del valor de las viviendas se llamen o no subprime, se han financiado viviendas VPO´s a precios de mercado con el evidente desfase de valoración, se han creado empresas mixtas con constructoras y promotoras, se han emitido un volumen importante de titulaciones de menor calidad para seguir financiando el crecimiento (deuda subordinada, participaciones preferentes …) y se han empaquetado las posiciones industriales para crear holdings que se han vendido a sus propios clientes y empleados. Todo ha valido para seguir financiando el denominado crecimiento.
Además, en la última fase, no tuvieron reparos en dar financiación a las grandes empresas españolas para hacer operaciones especulativas y tomar posiciones fuera de su propio sector. Las grandes constructoras se compraron esencialmente eléctricas, autopistas, aeropuertos internacionales e incluso lo intentaron con bancos. Fueron respaldadas por el gobierno y apoyadas por un sector financiero con una capacidad parecía que inagotable. Hemos pasado ahora a días en los que se intentan ventas agresivas de lo que ya no se pueden permitir, ahora que ya no quedan compradores, y a tener que cumplir a duras penas, mediante refinanciaciones, con el aumento de garantías que les pide el mismo sector que les permitió especular. Parte del volumen de las ayudas del gobierno al sector financiero no tenemos ninguna duda que irá a tapar esas garantías por operaciones concedidas a grandes empresas españolas como Acciona, ACS, Ferrovial o Sacyr por intentar nombrar a casi todos.
Se nos olvida todo muy rápido. Con todas aquellas operaciones de compras y fusiones, el mundo era feliz. Las Bolsas subían y todo era perfecto. Llegados a un punto, de pronto, la desconfianza empezó a crecer entre los que más sabían y tenían todos los datos. Las entidades financieras por simple extrapolación de lo que habían hecho dentro de su casa imaginaban lo que había hecho el vecino de al lado. Así se secó el interbancario al no fiarse unos de otros y nos pusieron al borde del colapso. Ahora los malvados, son esas personas que intentan ganar cuando bajan los mercados igual que lo intentaron cuando subían.
En fin, este es el crecimiento que hemos permitido. No ha habido nadie que se haya dado cuenta que el problema está en el propio modelo de crecimiento? El problema es que ahora los gobiernos y Tesoros, es decir todos los ciudadanos, tienen que acudir al socorro de las entidades para nacionalizarlas total o parcialmente y socializar todos esos excesos del sector financiero a nivel mundial. Con estas actuaciones además han abierto la puerta a la reivindicación del resto de sectores que querrán acceder a las mismas ayudas. Al menos, las últimas acciones parecen concertadas a nivel internacional y han calmado los ánimos.
No sabemos que pasará en el futuro pero sí sabemos que salir de esta situación requerirá medidas estructurales muy importantes. Los parches actuales solo sirven para sobrevivir y dar tiempo para la adopción de esas medidas. Necesitamos un cambio profundo de visión para el medio plazo y redefinir un modelo de crecimiento sostenible en el futuro. La enfermedad afecta a la economía en su conjunto. Seremos capaces?
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