Volatilidad a raudales. Los mercados siguen al borde del abismo pero tras las últimas e importantes decisiones políticas y monetarias deberíamos distinguir dos conceptos diferenciados. Por un lado, el riesgo que ha corrido el sistema financiero y económico a nivel mundial, y por el otro lado, el curso que han de seguir los mercados a partir de ahora.
Las autoridades políticas y monetarias han tratado de devolver la confianza al sistema financiero para revitalizar el mercado interbancario a través de inmensas inyecciones de liquidez. En este sentido, se ha comprobado la existencia de una acción concertada que ha logrado calmar los nervios en ese mercado. Sin los latidos del mercado financiero, se acabaría el sistema de papel moneda y volveríamos al sistema de trueque. Impensable para nuestra civilización actual.
Los mercados bursátiles, en cambio, van por libre. Las cotizaciones tratan de poner de acuerdo a compradores y vendedores en un precio y de momento siguen en tendencia bajista. Tan sana o más que la tendencia alcista precedente por mucho que duela. Los mercados laten por ciclos expansivos y correctivos que se intercambian antes de volver a iniciar una nueva fase.
Como inversores en los mercados bursátiles, no intentamos jugar a ser adivinos. Lo mejor es olvidarse de buscar suelos que muchos creían haber encontrado durante esta pasada semana, porque una de las características de este tipo de mercados bajistas son los típicos e increíbles rebotes contra tendencia antes de cada nuevo impulso bajista. Solo aconsejamos seguir cada propio sistema de especulación sin dejarnos influir por creencias o por noticias externas. Al final, las series de precios nunca mienten.
En conclusión, no tenemos ni idea de lo que van a intentar los mercados a partir de ahora. Ahondar el dolor o intentar un rebote tienen las mismas posibilidades. Si que consideramos que aún no tenemos un suelo fiable. Al menos un suelo de medio plazo. Momentos para mantener mucha paciencia.
Hablamos …
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